PALESTINA, SABINA Y ECUADOR: Con la frente marchita, en defensa de las
pequeñas serpientes
1.
Aplaudidas
a rabiar, de pie, en 1982, en la Knesset (el Congreso israelí), las siguientes
palabras salidas de los labios de Menahen Begin, primer Ministro israelí,
reflejan el real pensamiento sionista: “Los palestinos son bestias que caminan
sobre dos patas”. Textual hasta la médula, esta frase sintetiza el mirar y el
sentir del sionismo sobre todo un pueblo. Las bestias son salvajes, están
sedientas de sangre judía y no tienen historia como para mínimamente conmoverse
con, por ejemplo (porque ejemplos abundan y son demasiados), el genocidio
despiadado de julio – agosto del 2014 de Israel sobre la población de Gaza, o
el anterior de diciembre 2008 - enero 2009, y así…
Desde 1948, Palestina vive la agresión, colonización, limpieza étnica y violación de todos sus derechos por parte de Israel. Cabe recordar que el Estado israelita es el país que jamás ha cumplido las resoluciones y recomendaciones de las Naciones Unidas (más de seiscientas) ni las sentencias de tribunales internacionales. Acaso ello le envalentone para que sea, también, el único país que no haya entregado su mapa de fronteras definitivas a ese organismo, porque la política israelí es no tener fronteras con Palestina, sino líneas móviles de alto al fuego.
3.
Gaza
es la cárcel a cielo abierto más grande del mundo: una valla interminable de
acero, cemento, alambre, electricidad, rodea la franja de norte a sur. Nada
entra ni sale de Gaza si no es con el permiso y la vigilancia del ejército
israelí. Desde esa valla hacia adentro del territorio palestino, hay una zona
paralela prohibida (no-go zone) a todo su largo de entre mil y 1.500 metros de
ancho, supervigilada por militares israelíes. Cinco accesos permiten el ingreso
de alimentos: cuatro cerrados desde 2008 y, uno, esporádicamente abierto para
el ingreso de los poquísimos camiones permitidos con alimentos de la ayuda
internacional. Por cierto, por el mar, a lo largo de cuarenta kilómetros
costeros, la marina (buques y submarinos) controlan que los pescadores gazatíes
no sobrepasen las tres millas para sus faenas. Tres millas permitidas de su
propio mar territorial… Al sur, la primavera árabe egipcia permitió abrir un
paso, el sexto, que, en complicidad con Israel, estuvo igualmente cerrado en la
época Mubarak y que se ha vuelto a cerrar con el nuevo régimen militar.
4.
Hacia
esa cárcel, la región más densamente poblada del mundo (¡!), de manera
sistemática y certera, durante 50 días de julio y agosto de 2014, las fuerzas
armadas israelitas dispararon sus misiles de última tecnología. A la brutalidad
guerrerista se sumaron los bombardeos desde sus barcos de guerra. El ejército
tecnológicamente más poderoso de medio oriente sistemáticamente lanzó, sobre la
Franja, sus fuerzas de satélites, aviones, submarinos, barcos, tanques, retroexcavadoras,
carros de guerra, misiles y rifles sobre una milicia –que no ejército, falacia
mediática- con rifles, pocos misiles, sin carros de guerra, ni retroexcavadoras
y tanques, sin barcos ni submarinos, sin aviones ni satélites… Palestina
(Cisjordania y Gaza) no tiene ejército: los Acuerdos de Oslo (que Palestina sí
los ha cumplido) lo prohíben. Sin embargo, parte de la campaña mediática internacional
–bloqueo y genocidios de por medio- consiste en vender la idea del
enfrentamiento entre dos “ejércitos”…
5.
Vale
la comparación numérica: según la agencia especializada en temas militares, Global
Firepower, Israel poseía al momento del ataque a Gaza en 2014, 3.870 tanques,
9436 vehículos artillados, 88 plataformas móviles múltiples de lanzamiento de
cohetes, 243 aviones interceptores, 243 aviones de ataque (de ala fija), 98
aviones de transporte logístico, 143 helicópteros y 48 de combate; una fuerza
naval de 110 aparatos, con 3 fragatas, 3 destructores, 5 corbetas misileras, 14
submarinos, 66 naves de vigilancia costera[1], aparte
de miles de misiles, satélites y, (según denuncias) por lo menos, 400 misiles
atómicos de diverso alcance. Por el lado de Palestina: 0 tanques, 0 plataformas
misileras, 0 aviones de cualquier tipo, 0 helicópteros, 0 barcos de combate, 0
corbetas, 0 submarinos, 0 satélites y 0 armamento atómico. ¿Se trata, entonces,
de ejércitos en conflicto, de una guerra?
El
rechazo a la política sionista sobre Palestina y medio oriente ha movilizado la
solidaridad de los pueblos. Sin riesgo a equivocarme, desde hace décadas, la
lucha palestina ha forjado el pensamiento y las acciones de toda la izquierda
en el mundo, constituyéndose en un espejo contundente donde mirarse como
Humanidad. Refiriéndose a la resistencia en la Franja de Gaza, vale recordar que
“allí, en Gaza, sobrevive la nobleza humana casi en estado puro”[2]. En
otras palabras, el reconocimiento de Palestina es, hoy, una de las pocas
delgadas líneas rojas que dividen con absoluta claridad el mundo. Ser de
izquierda pasa por ser palestino, sin importar el lugar del mundo que se
habite, y sin términos medios que condicionen el pensar o el sentir.
7.
Desde
hace algunos años, las violaciones sistemáticas del Estado sionista de Israel
han provocado reacciones contundentes. Una de ellas es la Campaña BDS: Boicot, Desinversión y Sanciones: consiste en el
boicot al consumo de productos y rechazo a las expresiones políticas y culturales
israelitas. Así de simple, y de complejo. Sobre todo en Europa, las
organizaciones de solidaridad con Palestina llevan adelante el boicot activo al
sionismo de exportación de productos e ideas. Algo se ha hecho. En la parte
política y cultural, los activistas han logrado impedir la realización de
conciertos o discursos y hasta de partidos de fútbol.
Esto que parece
una expresión visceral de retaliación guarda en lo profundo una absoluta
coherencia política. Israel maneja una política de difusión internacional,
apoyada en las grandes corporaciones de comunicaciones, de vender al mundo la
imagen de una sociedad que vive en absoluta normalidad, salvo cuando los “de
dos patas” intentan aterrorizarla y destruirla. El sionismo político (“sionazismo”,
James Petras) es el principal pilar ideológico de la sociedad israelí, al punto
de buscar el reconocimiento en pleno siglo XXI de un “Estado Judío”. Basta
mirar las exigencias de pureza racial y religiosa judías para reconocer a un
Estado racista y teocrático arropado en el disfraz de la “única democracia de
medio oriente”. Israel es una economía industrial que en el más de 70% depende
de la industria militar, ligada a la gran industria de armas estadounidense. El
sionismo racista se adoctrina desde la educación básica[3] y
es la matriz ideológica que permitió, en 2008, cuando la masacre en Gaza, a
Avigdor Lieberman (Ministro de Relaciones exteriores israelí) pedir: “la
solución no es la invasión, la solución es como la que EE.UU adoptó con Japón,
sin ensuciarse las manos”, es decir, un ataque atómico. Similar camino propuso
el hijo del exPrimer Ministro Ariel Sharon, Gilad, durante el ataque a la
Franja en 2012.[4]
8.
Israel
exporta hacia el mundo la imagen de vivir en total “normalidad” y de sensatez –justificada
en el holocausto- cuando bombardea población civil, cuando su economía depende
de la industria de muerte, cuando ha practicado la limpieza étnica durante
décadas… Y, para ello, no solo envía emisarios culturales, empresariales y
políticos hacia el mundo que justifiquen sus acciones, sino que, también, lleva
a políticos, empresarios y gente ligada a la cultura y comunicación a que
“visiten” Israel… Eso sí, solo Israel, nada de acercarse a las fronteras con
Gaza y Cisjordania.
Desde hace años,
importantes artistas han sido llevados a Israel, lo que le ha traído
importantes frutos, sobre todo, en el silencio de todos aquellos. Con el dolor
del alma, porque hay dolor y desazón, artistas nuestros de la talla de Mercedes
Sosa, León Gieco, Fito Páez y Víctor Heredia han visitado Israel, realizado
giras exitosas, y regresado con un descomunal silencio sobre la causa
palestina. Ellos visitaron Israel incluso luego del genocidio del 2008-2009 en
Gaza, y sin un ápice de solidaridad con los asesinados, jamás se pronunciaron
al respecto: Gieco (julio 2009), Víctor (mayo 2010), la Negra Sosa (octubre
2010 y muchos viajes anteriores) y Fito (junio 2011), con su presencia y su escandaloso
silencio, allá, avalaron la política de “normalidad” del sionismo, del
sionazismo. Inexplicable y doloroso, todos ellos militantes por décadas de la
defensa de los pueblos y sus derechos, que padecieron la dictadura y la
represión-desaparición de miles de compatriotas, que escribieron temas que
forman parte ya de la insumisa tradición de libertad de Latinoamérica,
recibieron cartas con miles de adherentes que les pedían, en nombre del pueblo palestino,
no ir a Israel, y sumarse y fortalecer la campaña de BDS, como la franca
denuncia de las atrocidades del régimen israelí. Sin resultados...
Por otro lado,
Eduardo Galeano, Roger Waters, Jean-Luc Godard, Devendra Banhart, José Saramago
y muchos otros alrededor del mundo han rechazado frontalmente tal invitación:
su presencia y su arte no puede volverse cómplice con el silencio. Entre ellos,
rescato la silente pero poderosa presencia del físico Stephen Hawking quien,
luego de haber visitado cuatro veces Israel, denunció el genocidio del 2009 y
ha rechazado asistir nuevamente a ningún evento apoyado por el gobierno israelí,
sumándose al boicot académico.
9.
Al
representativo grupo que ha recibido cartas para sumarse a la campaña BDS y que
las han eludido se añaden, también con desazón y dolor de nuestra parte, Joan
Manuel Serrat y Joaquín Sabina. El 21 de junio de 2012, mientras Sabina y
Serrat daban su concierto en Tel Aviv, la fuerza aérea israelí asesinaba a 7
palestinos en la franja de Gaza. Con enredados argumentos, ambos artistas
justificaron su viaje y evitaron responder –antes y después- preguntas sobre
los palestinos. De igual manera, en junio del 2014, Sabina visitó Tel Aviv… ¿Dónde
quedó la tradición insumisa y solidaria de aquellos? No lo sé,… solo que,
escuchando sus temas estos días, un silencio incómodo les acompaña ya a todos
ellos…
10.
Mi
ausencia al concierto de Sabina y Serrat del viernes 5 de junio de 2015, en
Quito, es para evitarme el asco de la inconsecuencia política: en mi cabeza
resuenan, simultáneamente, las canciones de Sabina y las palabras de la actual ministra
de Justicia de Israel, Ayelet Shakedm, quien abogó al genocidio durante los brutales
ataques de julio – agosto de 2014 cuando, refiriéndose a las madres palestinas
y sus hijos, exigió: "Deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han
criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más pequeñas
serpientes".
Negamos de manera
absoluta la “normalidad” que construye y vende el sionazismo. Con la causa
palestina se está decidiendo el futuro de medio oriente y el de la Humanidad
entera. Sé que existe un nuevo genocidio por venir; mientras tanto, con las
palabras de Ayelet Shakedm en la cabeza, y apoyándome en las mismas canciones
de Sabina, rechazo su presencia en Ecuador y llamo al boicot de su concierto.
Marcelo Medrano
05 junio 2015
[1] http://www.globalfirepower.com/country-military-strength-detail.asp?country_id=israel
En la actualización de abril de 2015, el recuento de la fuerza naval israelí está
extrañamente ajustado a la baja…
[2] Alejandro
Moreano